Ama de casa alemana sodomizada por su amante

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Apuesto a que esta zorra casada nunca se abre de piernas para recibir a su marido. ¿Pero a su amante? Por supuesto, y es que hay que reconocer que él es el que le pone el coño empapado de ganas de follar. Por eso, hace tiempo que es el querido el que la folla como una perra caliente; y ella se convierte en una diosa del sexo, desatada como nunca en su matrimonio. De hecho, su marido se quedaría boquiabierto si viera con qué alegría se abre las cachas del culo para dejar que esa polla extraña se lo joda. A él no le ha permitido ni acercarse en veinte años de matrimonio. Pero ser una puta infiel parece que le ha abierto la mente, además del ojete.