Dos vecinas maduritas van a su casa a comerse su polla

310

Parece que el mundo si está cambiando realmente, puede que antes las personas pensaran solo en sus necesidades, pero ahora tienden a compartir más. Este hombre lo está viviendo en carne propia, porque vive solo y nunca le falta una mujer en su casa que ponga ese toque femenino que siempre hace falta. Además sus dos vecinas maduritas siempre van a su casa para comerse su polla. Ellas necesitan saber que su verga este satisfecha, además ellas aprovechan para darle placer a sus coños mientras el tío la tiene dura. Follarse a las dos zorras hace que sean mejores amigos.