Emborracha a su mujer para poder echar un polvo

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El matrimonio de estos dos está realmente en crisis: llevan cinco años casados, tres que ella no se la chupa, y seis meses sin follar. El tío está desesperado, y sospecha que si su mujer lo tiene en dique seco es porque sabe que le ha puesto los cuernos. Podrían hablarlo pero él no quiere cabrearla más; así que inventa otra estrategia. Intenta que recuerde lo bien que lo pasaban al principio de su matrimonio, cuando salían de marcha, se emborrachaban y se pasaban la noche teniendo sexo salvaje. La guapa casada lo escucha con indiferencia, pero cuando la reta a volver a hacerlo si no es demasiado vieja para ello, no puede quedarse como si nada. Con esta argucia, el marido infiel consigue volver a follarse a su caliente esposa.