Pero hombre, que soy la mujer de tu padre

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Ver llegar a su madrastra borracha a su casa después de haber tenido una pelea con su padre fue toda una sorpresa para este tío. La verdad, no entendía cómo su padre podía ser tan gilipollas de molestar a su esposa; él besaría el suelo por el que pisa esta belleza madura. Se ve que la mujer necesitaba consuelo, aunque el que quería darle su hijastro no era el más indicado; sin embargo, necesitaba un amigo, no tenía nadie más a quien acudir. Para cuando fue consciente de que aquello no estaba bien, ya tenía una polla en la boca metida hasta el fondo; y aunque sintió algunos remordimientos, el estar a punto de echar la follada de su vida acabó con todos.