Tailandesa infiel muy viciosa de las pollas grandes

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Su marido es un hombre mayor pero muy amoroso, le da todas las coas que ella necesita y no la vigila mucho porque sabe que es una jovencita. Pero entiende que la tailandesa es una viciosa infiel, así que se hace el loco y solo disfruta de lo que tiene a la mano mientras dure. Porque ella siempre que ve una polla grande empieza a salivar, básicamente se le hace agua la boca y tiene que metérsela en el coño para darse placer. No le importa que sea el camarero, el jardinero o el repartidor de pizza, lo único que le importa es su propio placer sexual.