Tuvo que aprender a compartir a su esposa

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Conoció a la que hoy es su esposa en un club swinger y, erróneamente, pensó que podía convertirla en una casada normal y corriente. Pero para nada, por muy ama de casa que fuera de día, de noche quería seguir siendo una zorra liberal. Así que tuvo que ceder en algunas cosas, pero no quería que volviera al club, allí follaría con un montón de maromos desconocidos. Le propuso entonces practicar tríos de sexo en casa, donde él pudiera participar. Eso le gustó a su mujer, y ahora tiene que aceptar el que sean tres los que se meten al lecho marital. Mejor eso que andar con más cuernos que un venado.