Un aventón y se va a la casa del hombre a montar su polla

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La jovencita detesta el trasporte público y nadie la puede culpar por eso, a no ser por el alto costo del combustible, ya sería otra historio ese horno de personas extrañas que viajan contigo. Tal vez los caballos nunca dejaron de ser la mejor opción. Por eso es que esta jovencita rubia es tan agradecida con el hombre que le da un aventón. Antes de llegar a su destino, ella se va a su casa a montar su polla. Sabe que tiene un divino coño rosado que cualquiera estaría feliz de follar y es eso lo que ofrece. Sabe que también hace buenas mamadas y todo lo demás es follar como una puta.