Mi vecina quería azúcar y yo le di canela

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Esta preciosa argentina se presentó en mi piso pidiéndome azúcar, en plan de buen vecino. Pero yo sabía que no era eso lo que quería en realidad, porque ya había visto las miradas que me lanzaba. ¿O acaso estaba equivocado? Bueno, no iba a arriesgarme, me daba igual; la invité a pasar a la cocina, y en cuanto se descuidé, me coloqué tras ella y la enculé, así de sencillo. Su culo gordo latino me llamaba a voces, y yo gocé follándola mientras veía enterrarse mi polla entre las nalgas. Fue un polvo épico con mi vecina, deseoso de repetir en breve.