Pelirroja obsesionada con las lamidas de coño de su jefe

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Atender llamadas y ajustar la agenda, además de hacer facturas y encargarse que todos los demás empleados tengan lo que necesiten para ser eficientes. Es el trabajo de toda secretaria. Pero ella va un poco más allá y se instala en la casa del jefe para hacerle la comida y también asegurarse que se despierte temprano en la mañana. Ella hace todo eso porque es una viciosa de las lamidas de coño que le da el tío. Ella no le importa la paga ni todo lo demás. Solo quiere sentir como su lengua frota su clítoris para hacerla poner caliente que luego haga lo suyo con su polla.