Sus dos vecinas rubias tenían muchas ganas de follar

212

Estaba en su casa tranquila preparado para ver la televisión, una cerveza y el resumen de los deportes esperaban por él. Nunca se quiso casar porque estar solo haciendo cosas de hombres es lo que más le gusta, no quiere que lo manden a sacar la basura ni tener que conducir coches de abuelas. Pero las dos vecinas rubias tenían muchas ganas de follar y el futbol tendrá que esperar. Porque a las zorras no se les puede decir que no. Mucho menos si ellas le hacen una mamada de polla que se la ponen tan dura que ya luego tiene que follarse el coño de las dos para que no le exploten las bolas.