Gordita rubia sentada sobre un pollón negro

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Le parecía un poco triste que con cualquier hombre que tuviera sexo, siempre terminaba por sentir un vacío dentro de su rajita. Literalmente no sentía que le llegara hasta el fondo y menos que fuera lo suficientemente gruesa para ella sentir que era grande. Pero todo cambio el día que su fue a los extremos y acepto ser follada por un tío con un pollón negro. Ese día sufrió mucho sentada sobre esa enorme verga pero por fin pudo correrse varias veces en un solo polvo. Descubrió que el sexo interracial era lo suyo, algo que esta gordita no tendrá problema en conseguir.