Menudo calentón el de mi vecina madura

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Lo mejor de haberme mudado a mi nueva casa es sin duda la mujer madura que vive en la casa de al lado. La madurita es verdaderamente enrollada; y eso sin hablar de su cuerpo de diosa, con unas tetas gordas que ponen tu polla empalmada sí o sí. Y por si fuera poco, la tía es una cerda exhibicionista, que no se esconde para nada tomando el sol en su jardín casi en pelotas. Aunque cuando vio que tenía público pareció excitarse más; y así acabó desnuda y masturbando su peludo coño al aire libre, tan metida en su orgasmo que no le importaba nada más.